Todas las mujeres tienen derecho a hablar sobre la prostitución
Per Meghan E. Murphy, periodista, anima el blog “The F Word”, Vancouver (Canadà).
La versió completa original en anglès aquí
Todas las mujeres tienen derecho a hablar en contra de la explotación y la cosificación de la mujer. Cualquiera de ellas y todas las mujeres. Por supuesto, la voz de las marginalizadas debe tener prioridad, y lo cierto es que muchas, muchas voces son silenciadas. Pero no se refiere a eso el lobby del “trabajo sexual”. Su argumento no tiene nada que ver con la necesidad de escuchar a esas mujeres que están en las calles, ocultándose en las sombras, deslizándose en los coches en el Downtown Eastside. No. Para estos comentaristas se trata de escuchar sólo unas pocas voces, escogidas de antemano. Ellos ya eligieron a sus representantes (y créanme, sus voces suenan con mayor fuerza que ninguna otra, y no tienen nada que ver con las voces de las mujeres marginalizadas) y decidieron que sólo estas personas pueden hablar. Porque están de acuerdo con ellas.
No sólo se niegan a reconocer a las muchas mujeres que han abandonado el comercio sexual y que siguen hablando en contra de la prostitución, así como a las organizaciones de mujeres autóctonas que denuncian la prostitución como una práctica colonial, señalando que ese colectivo constituye el contingente más importante de mujeres prostituidas en Canadá (2), sino que cierran los ojos (tal vez sin querer, pero de todos modos los cierran) ante la forma en que los sistemas patriarcales afectan a todas las mujeres.
Como dice mi fantástica aliada “Easily Riled” (3) en un mensaje titulado “6 de diciembre de 1989” (4): “Estas mujeres, las mujeres inmersas en la prostitución, las mujeres de las calles, eran y son las “mujeres públicas” que no vemos. No las vemos como las mujeres que somos, ni como las mujeres que podemos ser. No las vemos en absoluto. Ellas estuvieron y están a la venta en la calle porque todas nosotras fuimos reducidas a la condición de simples mercancías. Debido a que están a la venta en la calle, los hombres que las pusieron ahí consideran que todas estamos en venta. Los hombres que las pusieron y las mantienen ahí circulan en coche y las vigilan. Preguntan a cada mujer: “¿Por cuánto lo haces?”. Actúan así sobre todo con las mujeres en los callejones oscuros, junto a los almacenes abandonados.”
Como dice mi amiga, todas hemos sido reducidas a la condición de mercancía. Mientras los hombres piensen que hay mujeres en venta, todas nosotras seremos consideradas susceptibles de ser compradas. Mientras los hombres nos vean como orificios que sólo existen para ser penetrados, mientras nos consideren como objetos que se ofrecen a su mirada, como bellos objetos (expuestos en la calle, en una película, detrás de un escaparate (5) o sobre un escenario), o como cosas a las que tienen derecho a acceder (6) – ninguna de nosotras será libre. Ninguna categoría de mujeres merece soportar el peso de los privilegios masculinos. No hay “nosotras” y “ellas” (aunque, por supuesto, traten de convencernos de ello). Las mujeres que gozan del privilegio de no tener que dedicarse a la prostitución, dice Trisha Baptie (7), tienen una responsabilidad en este sentido: “Abandonamos a una clase de mujeres que, debido a las circunstancias, a causa de la opresión sistémica, no tienen otra opción. Por esa razón, las mujeres que disponen de libertad y pertenecen por así decirlo a una clase privilegiada, deberían ser capaces de reconocer ese privilegio y decir: “He aquí por qué yo no soy también una prostituta”, y luego deberían volverse hacia las mujeres prostituidas y decirles: “¿Por qué vosotras lo sois?”.
Así, por un lado, asistimos a denodados esfuerzos por silenciar a las mujeres y a las feministas que se manifiestan contra la explotación y la desigualdad. Tales esfuerzos – y la incapacidad de diálogo que demuestran – tal vez reflejen el hecho de que no somos las enemigas que de nosotras han pretendido hacer, y revelen ante todo el temor a que una franca discusión ponga en evidencia la inconsistencia de su argumentación. Y, por otra parte, la intimidación está totalmente fuera de control.
Traducción “Dones d’Enllaç” – www.donesdenllac.org
Notas:
(3) Ver: http://easilyriled.wordpress.com/
(4) Ver: http://radicalhub.wordpress.com/2011/12/06/december-6-1989/
(6) Ver: http://politicsrespun.org/2011/12/is-withholding-sex-now-sex-abuse/
(7) Ver: http://educatingvoices.ca/
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