per Montserrat Fernández-Garrido
Advocada, mediadora familiar, professora Master de Dret UB
Militant feminista
“Leer la entrevista que publicó su diario el pasado domingo con Cristina Pedroche hace revolverse a muchas muertas en el cementerio.
Decir que “debemos olvidarnos del machismo y del feminismo porque son una tontería” es no tener ni idea de lo que se habla. Y la chica lo hace con desparpajo, con esa soberbia de quien siendo joven, popular y guapa, tiene muchos seguidores, pero ignorando todo lo que desconoce.

El machismo mata y maltrata y discrimina y explota e impone. Y el feminismo no es una cara de la misma moneda, sino que es una filosofía liberadora y una lucha en favor de hombres y de mujeres.
El feminismo lucha por una sociedad mejor, donde haya igualdad en la dignidad y en derechos iguales ante situaciones iguales: que las mujeres tuvieran derecho al voto y a ser elegidas, derecho a estudiar en la universidad o a ser jueces o presidentas, no tener que pedir permiso del padre o del marido para abrir una cuenta corriente, tener pasaporte o poner un negocio, tener derecho a la herencia, disponer de la potestad de los hijos junto con el padre de los mismos, poder divorciarse, no ser metidas en prisión o quitarles los hijos por sospechas de adulterio mientras los hombres podían tener amantes, tener derecho a los anticonceptivos para no abortar y aborto en condiciones médicas para no morir, no sufrir discriminación por tener una u otra tendencia sexual, no cobrar menos por trabajos de igual valor… Esa ha sido la lucha, de la que también se ha beneficiado Cristina.
Hoy aún estamos muy lejos de un mundo de iguales: las cifras de la desigualdad son aplastantes. En nuestro país sólo un 9,6% de mujeres son rectoras, un 7,8% embajadoras, un 10,5% en las juntas directivas de las Reales Academias, 8,5% de presidentas de las empresas del IBEX, un 39,4% entre los diputados, un 30,7% son Ministras, un 60% son universitarias y un 51% son doctoras, un 39,7% son profesoras universitarias, pero sólo un 20,6% son catedráticas. Las mujeres son el 50% de los estudiantes de medios audivisuales, pero sólo un 13% de los directores de cine y un 20% de productoras, guionistas y realizadoras son mujeres. De las fundaciones y centros de arte las mujeres son sólo el 5% y un 26% de entre los directores de museos. Eso sí, son un 95% de los cargos subordinados (conservadoras, coordinadoras, comunicación).
El 73% de las opositoras a jueces y fiscales han sido mujeres, aprobando ellas con mejores notas, pero sólo el 20% de ellas son jueces de entre las mayores de 60 años y son el 70% de los menores de 30, pero en puestos de poca relevancia. Sólo son el 36,5% en el Consejo General del Poder Judicial y tan sólo son el 5,8% al frente de los Tribunales Superiores de Justicia. Y en las cuatro presidencias de la Audiencia Nacional no hay ni una mujer. Como socios de bufetes de abogados de prestigio o frente a los Colegios de abogados son escasas y como Decanas no llegan al 20%. Y desde luego no son el 50% de entre los tertulianos ni tampoco entre los directores de medios de comunicación.
Las mujeres deben conciliar vida privada y profesional. Ellas dedican al menos el 75% del tiempo necesario de las tareas domésticas y cuidado de los hijos, mientras que ellos sólo el 25%. Ellas salen del trabajo generalmente a las 18h y ellos a las 20 ó 21h. Los núcleos de poder continúan en manos de los hombres . Ellas cobran del 23 al 30% menos que ellos, por trabajos de igual valor. Ellas representan el 70% de los contratos a tiempo parcial y los permisos para cuidar hijos y las excedencias las piden ellas (ellos en un 3%). De entre 28 tareas necesarias en la familia, 26 las cubren las mujeres y 2 los hombres (conducir y mantener el coche).
En los últimos 10 años han muerto al menos 700 mujeres a manos de su marido o ex y muy pocos hombres a manos de su esposa o ex pareja. Elos no tienen miedo, ellas están aterrorizadas. El número de mujeres maltratadas es inmenso (en Francia se reconocen 2 millones y en nuestro país no serán menos) y las nombradas “denuncias falsas” no llegan al 0,05%. La trata de mujeres y de niñas para la prostitución alcanza cifras horripilantes en nuestro país.
Podríamos seguir con todos los datos que nos proporcionan también los medios de comunicación. Tenemos que imaginar que quien vive de aparecer en los medios, lee la prensa y se informa.
Desde el feminismo debemos seguir con una continua lucha para que en un futuro no muy lejano hombres y mujeres sean compañeros de viaje, tratados con igualdad en cuanto a la dignidad, los salarios, las posibilidades… y exigimos que estén a nuestro lado los hombres honestos. Porque sin igualdad entre las personas, hombres y mujeres, no hay verdadera democracia. Y esperamos que las mujeres jóvenes como Cristina sepan en qué lugar deben estar si pretenden ser “buenas personas”.”
2 Respostes per a “A Cristina Pedroche: La ignorancia es muy osada”