Todas las mujeres tienen derecho a hablar sobre la prostitución
Per Meghan E. Murphy, periodista, anima el blog “The F Word”, Vancouver (Canadà).
La versió completa original en anglès aquí
Todas las mujeres tienen derecho a hablar en contra de la explotación y la cosificación de la mujer. Cualquiera de ellas y todas las mujeres. Por supuesto, la voz de las marginalizadas debe tener prioridad, y lo cierto es que muchas, muchas voces son silenciadas. Pero no se refiere a eso el lobby del “trabajo sexual”. Su argumento no tiene nada que ver con la necesidad de escuchar a esas mujeres que están en las calles, ocultándose en las sombras, deslizándose en los coches en el Downtown Eastside. No. Para estos comentaristas se trata de escuchar sólo unas pocas voces, escogidas de antemano. Ellos ya eligieron a sus representantes (y créanme, sus voces suenan con mayor fuerza que ninguna otra, y no tienen nada que ver con las voces de las mujeres marginalizadas) y decidieron que sólo estas personas pueden hablar. Porque están de acuerdo con ellas.
No sólo se niegan a reconocer a las muchas mujeres que han abandonado el comercio sexual y que siguen hablando en contra de la prostitución, así como a las organizaciones de mujeres autóctonas que denuncian la prostitución como una práctica colonial, señalando que ese colectivo constituye el contingente más importante de mujeres prostituidas en Canadá (2), sino que cierran los ojos (tal vez sin querer, pero de todos modos los cierran) ante la forma en que los sistemas patriarcales afectan a todas las mujeres.